viernes, 24 de julio de 2015

EL LENGUAJE


 ¿Qué entendemos por lenguaje?


El lenguaje es una función compleja que permite expresar y percibir estados afectivos, conceptos, ideas... por medio de signos acústicos o gráficos. La función del lenguaje supone:
·    Un sistema de reglas: pues la lengua es la que específica la manera de utilizar el material verbal para significar (simbolizar) la realidad exterior o imaginaria.

El lenguaje es el rasgo más característico de la especie humana y es distintivo con respecto a otras especies. Todas las especies animales poseen conductas para comunicarse, pero en ninguna de ellas podemos encontrar algo semejante al lenguaje. Por lenguaje hay que entender “aquella función compleja que permite expresar y percibir estados afectivos, conceptos, ideas, por medio de signos acústicos o gráficos”
El lenguaje es un sistema de signos o símbolos que se usan para la comunicación en una codificación determinada, para la representación de objetos, personas, acontecimientos, pensamientos... esta representación supone procesos materiales de naturaleza física y fisiológica (motora y acústica-perceptiva), cognitiva, emocional y social.
El desarrollo del sistema lingüístico es imprescindible para el desarrollo social e intelectual y viceversa. Por tanto, evaluar el desarrollo del lenguaje es evaluar el desarrollo de un sistema de comunicación interactivo que sirve para establecer contacto con el mundo circundante, establecer relaciones para aprender y poder pensar (Del Barrio, 1997).
Las funciones del lenguaje son la comunicación y la representación.
El lenguaje potencia el desarrollo cognitivo, y viceversa.
El lenguaje se adquiere en y por el medio social; el medio social, a su vez, condiciona el tipo de lenguaje.
El lenguaje se ve afectado por carencias afectivas.


¿Qué supone la adquisición del lenguaje?


Supone un gran cambio, pues se amplían las posibilidades comunicativas consigo mismo y con los demás. El lenguaje es un instrumento de conocimiento y transformación de la realidad.
Los niños comienzan a usar el lenguaje no porque tengan una capacidad de uso del lenguaje, sino porque tienen necesidad de conseguir la realización de cosas que su uso les confiere. Los padres los ayudan con un espíritu semejante: los quieren ayudar a convertirse en seres humanos civilizados, no sólo en hablantes del lenguaje. (Bruner, 1986).


DIMENSIONES DEL LENGUAJE


El lenguaje presenta tres dimensiones fundamentales (Pérez Pereira, 1981), la del contenido, la de la forma y la del uso.



·  Contenido: Es su significado o semántica; la representación lingüística de lo que una persona conoce acerca del mundo. Es el aspecto del lenguaje que más directamente se relaciona con el desarrollo cognitivo del niño.

·    Forma: la forma del lenguaje puede describirse en término de las unidades de sonidos, lo que hace la fonología; de las unidades mínimas dotadas de significación, aspecto estudiado por la morfología; y de la forma en que las unidades con significación se combinan unas con otras para formar oraciones, lo que constituye el objeto de la sintaxis. Este aspecto de la competencia lingüística incumbe sobre todo al desarrollo gramatical y fonológico.

·    Uso: El uso del lenguaje presenta dos aspectos fundamentales. El primero son los fines o funciones del lenguaje: los motivos por los que la gente habla. El segundo es la influencia del contexto, que afecta a la manera como los individuos comprenden el lenguaje y escogen formas lingüísticas diferentes para alcanzar sus fines. Este aspecto se relaciona con el desarrollo comunicacional y social cognitivo y constituye el objeto de la pragmática.


LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA


La competencia lingüística puede ser definida como una integración de contenido, forma y uso, lo que implica la capacidad de expresar y comprender contenidos en formas lingüísticas adecuadas al contexto y para el logro de ciertas intenciones. Con el desarrollo de la competencia lingüística del niño, éste va siendo capaz de expresar más contenidos, y de hacerlo de una manera más adecuada al contexto, empleando para ello un repertorio de formas lingüísticas cada vez mayor. Esto lo capacita para expresar un mismo contenido con formas variadas y diferencialmente apropiadas al contexto.
Podemos destacar el gran cambio que supone la conquista del lenguaje verbal por parte del niño. Sus posibilidades comunicativas se amplían, hasta el punto de que cambia su modo de relacionarse con el mundo externo y también con su mundo interior. La adquisición del lenguaje comporta la incorporación de uno de los instrumentos culturales más apreciados.






FUNCIONES DEL LENGUAJE

El lenguaje va a tener dos grandes funciones: La de representación y la de comunicación. El lenguaje se encuentra fuertemente vinculado al pensamiento humano, constituyendo un elemento esencial del mismo, además, le da unas posibilidades insospechadas.
El lenguaje se relaciona con todos los aspectos del desarrollo psicológico: cognitivo, social y afectivo.



EL DESARROLLO COGNITIVO.
El lenguaje tiene una estrecha relación con el desarrollo cognitivo; Desde que afirmamos que el lenguaje tiene dos funciones principales, comunicación y representación estamos hablando de la profunda relación pensamiento-lenguaje. Al dar un nombre a un objeto o concepto se está incrementando la habilidad del niño para identificar dicho objeto o concepto, para imaginarlo, emplearlo y recordarlo.

Teorías del desarrollo cognitivo:


La corriente conductista (Skinner, Watson): El habla y el pensamiento es fruto de la repetición, imitación o reforzamiento; la diferencia entre lenguaje y pensamiento es que el pensamiento carece del componente motor externo que caracteriza al habla.



Relativismo y determinismo lingüísticos (Whorf): El lenguaje condiciona la forma de pensar y de comprender el mundo. Hay tantas concepciones del mundo y pensamientos como lo permita la diversidad de la lengua.



Psicología soviética (Vygotsky, Luria): El lenguaje regula la conducta.



La gramática generativa (Chomsky): Sostiene que el lenguaje es independiente del pensamiento u otros aspectos del desarrollo, y que la adquisición del lenguaje es posible gracias a la existencia de un LAD (Language Acquisition Device) innato en la especie humana.



Teoría Piagetiana (Piaget y otros): Sostiene que el desarrollo lingüístico sigue los pasos marcados por el desarrollo intelectual. El lenguaje está considerado sólo como una forma de representación, juntamente con otras como el juego simbólico o la imitación diferida. Piaget sostiene que el pensamiento es anterior al lenguaje.



La hipótesis interaccionista (Bowerman, Dore): Esta hipótesis diferencia entre estructuras de conocimiento y estructuras lingüísticas. Mantiene que ciertos aspectos del desarrollo lingüístico dependen de ciertos aspectos del desarrollo intelectual, pero también que el lenguaje se desarrolla autónomamente en otros aspectos y que también puede influir en la construcción y más clara delimitación de las categorías cognitivas.



Pérez Pereira sostiene que ninguna de estas teorías aporta una explicación completa de las relaciones lenguaje-pensamiento. Pérez sostiene que para que aparezca el lenguaje es necesario que se de un cierto nivel de desarrollo en las áreas de lo cognitivo, lo comunicacional y lo formal-verbal. Sólo cuando el niño es capaz de integrar estos logros aparece el lenguaje, es decir, la capacidad de expresar unos contenidos semánticos en formas lingüísticas que se ajustan a determinadas reglas gramaticales que se usan adecuadamente teniendo en cuenta el contexto y con el fin de alcanzar determinados propósitos ejerciendo sobre otros el efecto adecuado para ello.



La experiencia cognitiva y comunicacional y de verbalización anterior es fundamental para la aparición del lenguaje en el niño. Esto revela que el desarrollo estrictamente lingüístico no puede ser ajeno a la influencia de otros aspectos del desarrollo, como el cognitivo y el social.


EL DESARROLLO SOCIAL.

El lenguaje se va a adquirir gracias a que el ser humano se encuentra inmerso en un grupo social que le va a enseñar cómo usar el lenguaje y le transmite a través de él sus valores culturales. El niño va a aprender a utilizar el lenguaje porque así podrá acceder a las funciones que su uso permite, ya que de este modo su comunicación con los demás sería mucho más difícil.
El medio social en el que nace el niño tiene una gran influencia en el tipo de lenguaje que el niño va a manejar. El lenguaje que recibe el niño va a ser tan diverso como diferentes son los contextos de uso del lenguaje, reflejando muy sensiblemente las diferencias sociales y culturales.
El nivel educativo de los padres va a influir en el tipo de lenguaje que dirijan a sus y que más tarde éstos van a manejar. Por esto es muy importante la adopción de medidas compensatorias que suplan las dificultades con las que estos niños pueden encontrarse cuando se enfrenten con el lenguaje formal que se usa en el contexto escolar.

EL DESARROLLO AFECTIVO.
Lenguaje y desarrollo afectivo están íntimamente relacionados. Para la especie humana tienen gran importancia los afectos. Desde el nacimiento cobra gran importancia la relación con los demás, pero no únicamente con el objetivo de suministrar alimento y protección, sino también afecto. En niños con inteligencia normal y sin patologías mentales se ha demostrado cómo las carencias y / o el maltrato afectivo influyen en su nivel de lenguaje, retrasándolo y empobreciéndolo.

En este apartado abordaremos las etapas por las que todo niño "normal" pasa en camino a hablar y formar oraciones o grupos de palabras. Pero, previamente, cabe hacer la siguiente aclaración.
El término "normal" simplemente significa lo que la mayoría de los niños hacen dentro de un tiempo "esperado" o "deseado", consideración que está basada en criterios consensuales y/o estadísticos. Sin embargo, cabe señalar que ningún niño es un dato estadístico ni un término promedio, pues cada uno es enfáticamente un individuo.
Por eso, entre todos los niños que hablan normalmente y que, por lo general, se les supedita a este patrón de consideración estándar, la edad específica en que comiencen a hablar puede variar. En esto intervienen las particularidades individuales dependientes del estado y función del aspecto anatómico y sistema nervioso, del aspecto psicológico, de las condiciones de educación y de las características del lenguaje de las personas que rodean al niño.
Así, algunos niños empiezan a hablar temprano y de "golpe", otros un poco más tarde y, también, hay unos que se rezagan considerablemente, inquietando al principio a sus padres con su silencio tenaz y asombrándolos, luego, con su excesiva locuacidad.
Ciertos retrasos pueden atribuirse a la herencia, debido a que hay familias donde los niños empiezan a hablar más tarde que en otras. Pero también hay casos, en gran medida, generados por el medio ambiente, en especial por el hogar, en el que los padres no suelen estimular adecuadamente la adquisición y el desarrollo del habla de sus niños. Es el caso, a veces, del hijo único, cuyos padres sólo hablan lo indispensable, quizás para decir a más: "¿Está preparado el desayuno?" y creen innecesario decirle algo a su niño antes de que éste pueda "comprender" y responder.
También se tiene como ejemplo el caso de los hijos de padres sordomudos, quienes por falta de conversación en el hogar empiezan a hablar mucho más tarde que los otros niños de su misma edad, aunque ellos mismos no sean ni sordos ni mudos.
En cambio, los niños que crecen rodeados y estimulados lingüísticamente por sus hermanos, o a quienes sus padres les han hablado aun antes de que puedan comprender el sentido de las palabras, aprenden fácilmente a hablar en comparación a los niños antes señalados.
De esa forma la familia cumple una función importante en la aparición y en el ritmo del desarrollo del lenguaje verbal del niño. Si éste se siente emocionalmente seguro y lingüísticamente estimulado, se desarrollará normal y óptimamente, superando las dificultades de las distintas etapas en el tiempo esperado; pero cuando la familia es conflictiva e indiferente con él, esto obstaculizará y retardará su evolución y, muchas veces, con consecuencias negativas para su comportamiento de ajuste posterior.
De acuerdo con estas consideraciones, en esta parte abordaremos el desarrollo normal del lenguaje verbal, cuyo proceso marcha correlativamente al desarrollo integral del niño.



EL LENGUAJE VERBAL COMO PARTE DEL DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO

Las características progresivas del desarrollo del lenguaje verbal en los diferentes niveles de edad, se adscriben a las etapas del desarrollo integral del niño, encontrándose estrechamente asociado a los siguientes aspectos:

·         Al proceso de maduración del sistema nervioso, tanto al central (SNC) como al periférico, correlacionándose sus cambios progresivos con el desarrollo motor en general y con el aparato fonador en particular. 
·         Al desarrollo cognoscitivo que comprende desde la discriminación perceptual del lenguaje hablado hasta la función de los procesos de simbolización y el pensamiento. 

·         Y, al desarrollo socioemocional, que es el resultado de la influencia del medio sociocultural, de las interacciones del niño y las influencias recíprocas.

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