¿Qué entendemos por lenguaje?
El lenguaje es una
función compleja que permite expresar y percibir estados afectivos, conceptos,
ideas... por medio de signos acústicos o gráficos. La función del lenguaje
supone:
· Un sistema de
reglas: pues la lengua es la que específica la manera de utilizar el material
verbal para significar (simbolizar) la realidad exterior o imaginaria.
El lenguaje es el rasgo más característico de la especie humana y es distintivo con respecto a otras especies. Todas las especies animales poseen conductas para comunicarse, pero en ninguna de ellas podemos encontrar algo semejante al lenguaje. Por lenguaje hay que entender “aquella función compleja que permite expresar y percibir estados afectivos, conceptos, ideas, por medio de signos acústicos o gráficos”
El lenguaje es un
sistema de signos o símbolos que se usan para la comunicación en una
codificación determinada, para la representación de objetos, personas,
acontecimientos, pensamientos... esta representación supone procesos materiales
de naturaleza física y fisiológica (motora y acústica-perceptiva), cognitiva,
emocional y social.
El desarrollo del
sistema lingüístico es imprescindible para el desarrollo social e intelectual y
viceversa. Por tanto, evaluar el desarrollo del lenguaje es evaluar el
desarrollo de un sistema de comunicación interactivo que sirve para establecer
contacto con el mundo circundante, establecer relaciones para aprender y poder
pensar (Del Barrio, 1997).
Las funciones del
lenguaje son la comunicación y la representación.
El lenguaje potencia
el desarrollo cognitivo, y viceversa.
El lenguaje se
adquiere en y por el medio social; el medio social, a su vez, condiciona el
tipo de lenguaje.
El lenguaje se ve
afectado por carencias afectivas.
¿Qué supone la adquisición del lenguaje?
Supone un gran
cambio, pues se amplían las posibilidades comunicativas consigo mismo y con los
demás. El lenguaje es un instrumento de conocimiento y transformación de la
realidad.
Los niños comienzan
a usar el lenguaje no porque tengan una capacidad de uso del lenguaje, sino
porque tienen necesidad de conseguir la realización de cosas que su uso les
confiere. Los padres los ayudan con un espíritu semejante: los quieren ayudar a
convertirse en seres humanos civilizados, no sólo en hablantes del lenguaje.
(Bruner, 1986).
DIMENSIONES DEL LENGUAJE
El lenguaje presenta
tres dimensiones fundamentales (Pérez Pereira, 1981), la del contenido, la de
la forma y la del uso.
· Contenido: Es su significado o semántica; la
representación lingüística de lo que una persona conoce acerca del mundo. Es el
aspecto del lenguaje que más directamente se relaciona con el desarrollo
cognitivo del niño.
· Forma: la forma del lenguaje puede describirse en
término de las unidades de sonidos, lo que hace la fonología; de las unidades
mínimas dotadas de significación, aspecto estudiado por la morfología; y de la
forma en que las unidades con significación se combinan unas con otras para
formar oraciones, lo que constituye el objeto de la sintaxis. Este aspecto de
la competencia lingüística incumbe sobre todo al desarrollo gramatical y
fonológico.
· Uso: El uso del lenguaje presenta dos aspectos
fundamentales. El primero son los fines o funciones del lenguaje: los motivos
por los que la gente habla. El segundo es la influencia del contexto, que
afecta a la manera como los individuos comprenden el lenguaje y escogen formas
lingüísticas diferentes para alcanzar sus fines. Este aspecto se relaciona con
el desarrollo comunicacional y social cognitivo y constituye el objeto de la
pragmática.
LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
Podemos destacar el
gran cambio que supone la conquista del lenguaje verbal por parte del niño. Sus
posibilidades comunicativas se amplían, hasta el punto de que cambia su modo de
relacionarse con el mundo externo y también con su mundo interior. La
adquisición del lenguaje comporta la incorporación de uno de los instrumentos culturales
más apreciados.
FUNCIONES DEL LENGUAJE
El lenguaje va a
tener dos grandes funciones: La de representación y la de comunicación. El
lenguaje se encuentra fuertemente vinculado al pensamiento humano,
constituyendo un elemento esencial del mismo, además, le da unas posibilidades
insospechadas.
El lenguaje se
relaciona con todos los aspectos del desarrollo psicológico: cognitivo,
social y afectivo.
EL DESARROLLO COGNITIVO.
El lenguaje tiene
una estrecha relación con el desarrollo cognitivo; Desde que afirmamos que el
lenguaje tiene dos funciones principales, comunicación y representación estamos
hablando de la profunda relación pensamiento-lenguaje. Al dar un nombre a un objeto
o concepto se está incrementando la habilidad del niño para identificar dicho
objeto o concepto, para imaginarlo, emplearlo y recordarlo.
Teorías del desarrollo cognitivo:
La corriente
conductista (Skinner, Watson): El habla y el pensamiento es fruto de la
repetición, imitación o reforzamiento; la diferencia entre lenguaje y
pensamiento es que el pensamiento carece del componente motor externo que
caracteriza al habla.
Relativismo y
determinismo lingüísticos (Whorf): El lenguaje condiciona la forma de pensar
y de comprender el mundo. Hay tantas concepciones del mundo y pensamientos
como lo permita la diversidad de la lengua.
Psicología
soviética (Vygotsky, Luria): El lenguaje regula la conducta.
La gramática
generativa (Chomsky): Sostiene que el lenguaje es
independiente del pensamiento u otros aspectos del desarrollo, y que la
adquisición del lenguaje es posible gracias a la existencia de un LAD
(Language Acquisition Device) innato en la especie humana.
Teoría
Piagetiana (Piaget y otros): Sostiene que el desarrollo lingüístico
sigue los pasos marcados por el desarrollo intelectual. El lenguaje está
considerado sólo como una forma de representación, juntamente con otras
como el juego simbólico o la imitación diferida. Piaget sostiene que el
pensamiento es anterior al lenguaje.
La hipótesis
interaccionista (Bowerman, Dore): Esta hipótesis diferencia entre
estructuras de conocimiento y estructuras lingüísticas. Mantiene que
ciertos aspectos del desarrollo lingüístico dependen de ciertos aspectos
del desarrollo intelectual, pero también que el lenguaje se desarrolla autónomamente
en otros aspectos y que también puede influir en la construcción y más
clara delimitación de las categorías cognitivas.
Pérez Pereira
sostiene que ninguna de estas teorías aporta una explicación completa de
las relaciones lenguaje-pensamiento. Pérez sostiene que para que aparezca
el lenguaje es necesario que se de un cierto nivel de desarrollo en las
áreas de lo cognitivo, lo comunicacional y lo formal-verbal. Sólo cuando
el niño es capaz de integrar estos logros aparece el lenguaje, es decir,
la capacidad de expresar unos contenidos semánticos en formas lingüísticas
que se ajustan a determinadas reglas gramaticales que se usan
adecuadamente teniendo en cuenta el contexto y con el fin de alcanzar
determinados propósitos ejerciendo sobre otros el efecto adecuado para
ello.
La experiencia
cognitiva y comunicacional y de verbalización anterior es fundamental para
la aparición del lenguaje en el niño. Esto revela que el desarrollo
estrictamente lingüístico no puede ser ajeno a la influencia de otros
aspectos del desarrollo, como el cognitivo y el social.
EL DESARROLLO SOCIAL.
El lenguaje se va a
adquirir gracias a que el ser humano se encuentra inmerso en un grupo social
que le va a enseñar cómo usar el lenguaje y le transmite a través de él sus
valores culturales. El niño va a aprender a utilizar el lenguaje porque así
podrá acceder a las funciones que su uso permite, ya que de este modo su
comunicación con los demás sería mucho más difícil.
El medio social en
el que nace el niño tiene una gran influencia en el tipo de lenguaje que el
niño va a manejar. El lenguaje que recibe el niño va a ser tan diverso como
diferentes son los contextos de uso del lenguaje, reflejando muy sensiblemente
las diferencias sociales y culturales.
El nivel educativo
de los padres va a influir en el tipo de lenguaje que dirijan a sus y que más
tarde éstos van a manejar. Por esto es muy importante la adopción de medidas
compensatorias que suplan las dificultades con las que estos niños pueden
encontrarse cuando se enfrenten con el lenguaje formal que se usa en el
contexto escolar.
EL DESARROLLO AFECTIVO.
Lenguaje y
desarrollo afectivo están íntimamente relacionados. Para la especie humana
tienen gran importancia los afectos. Desde el nacimiento cobra gran importancia
la relación con los demás, pero no únicamente con el objetivo de suministrar
alimento y protección, sino también afecto. En niños con inteligencia normal y
sin patologías mentales se ha demostrado cómo las carencias y / o el maltrato
afectivo influyen en su nivel de lenguaje, retrasándolo y empobreciéndolo.
En este apartado abordaremos las
etapas por las que todo niño "normal" pasa en camino a hablar y
formar oraciones o grupos de palabras. Pero, previamente, cabe hacer la
siguiente aclaración.
El término "normal"
simplemente significa lo que la mayoría de los niños hacen dentro de un tiempo
"esperado" o "deseado", consideración que está basada en
criterios consensuales y/o estadísticos. Sin embargo, cabe señalar que ningún
niño es un dato estadístico ni un término promedio, pues cada uno es
enfáticamente un individuo.
Por eso, entre todos los niños que
hablan normalmente y que, por lo general, se les supedita a este patrón de
consideración estándar, la edad específica en que comiencen a hablar puede
variar. En esto intervienen las particularidades individuales dependientes del
estado y función del aspecto anatómico y sistema nervioso, del aspecto
psicológico, de las condiciones de educación y de las características del
lenguaje de las personas que rodean al niño.
Así, algunos niños empiezan a hablar
temprano y de "golpe", otros un poco más tarde y, también, hay unos
que se rezagan considerablemente, inquietando al principio a sus padres con su
silencio tenaz y asombrándolos, luego, con su excesiva locuacidad.
Ciertos retrasos pueden atribuirse a
la herencia, debido a que hay familias donde los niños empiezan a hablar más
tarde que en otras. Pero también hay casos, en gran medida, generados por el
medio ambiente, en especial por el hogar, en el que los padres no suelen
estimular adecuadamente la adquisición y el desarrollo del habla de sus niños.
Es el caso, a veces, del hijo único, cuyos padres sólo hablan lo indispensable,
quizás para decir a más: "¿Está preparado el desayuno?" y creen
innecesario decirle algo a su niño antes de que éste pueda
"comprender" y responder.
También se tiene como ejemplo el caso
de los hijos de padres sordomudos, quienes por falta de conversación en el
hogar empiezan a hablar mucho más tarde que los otros niños de su misma edad,
aunque ellos mismos no sean ni sordos ni mudos.
En cambio, los niños que crecen
rodeados y estimulados lingüísticamente por sus hermanos, o a quienes sus
padres les han hablado aun antes de que puedan comprender el sentido de las
palabras, aprenden fácilmente a hablar en comparación a los niños antes señalados.
De esa forma la familia cumple una
función importante en la aparición y en el ritmo del desarrollo del lenguaje
verbal del niño. Si éste se siente emocionalmente seguro y lingüísticamente
estimulado, se desarrollará normal y óptimamente, superando las dificultades de
las distintas etapas en el tiempo esperado; pero cuando la familia es
conflictiva e indiferente con él, esto obstaculizará y retardará su evolución
y, muchas veces, con consecuencias negativas para su comportamiento de ajuste
posterior.
De acuerdo con estas consideraciones,
en esta parte abordaremos el desarrollo normal del lenguaje verbal, cuyo
proceso marcha correlativamente al desarrollo integral del niño.
EL
LENGUAJE VERBAL COMO PARTE DEL DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO
Las características progresivas del
desarrollo del lenguaje verbal en los diferentes niveles de edad, se adscriben
a las etapas del desarrollo integral del niño, encontrándose estrechamente
asociado a los siguientes aspectos:
·
Al proceso de maduración del sistema
nervioso, tanto al central (SNC) como al periférico, correlacionándose sus
cambios progresivos con el desarrollo motor en general y con el aparato fonador
en particular.
·
Al desarrollo cognoscitivo que
comprende desde la discriminación perceptual del lenguaje hablado hasta la
función de los procesos de simbolización y el pensamiento.
·
Y, al desarrollo socioemocional, que
es el resultado de la influencia del medio sociocultural, de las interacciones
del niño y las influencias recíprocas.
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